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Bienvenidos al nuevo y recargado blog del Circo Beat. Aqui es el punto de partida para compartirles nuevas secciones que aun estan en construccion. Ande, piquele por donde quiera y sea usted un escucha feliz.



Una tarde para recordar.

Imagine usted, amigo y atento lector, un jueves vespertino un poco melancólico y no menos romántico. El sujeto que escribe estas líneas se encontraba riñendo con el asfixiante tráfico que inunda la tan proclamada ciudad de la esperanza, cuando por la mente le invadía la promesa de una buena sesión de música relajante para el alma y el espíritu; significativo escape de las tensiones de la mente y el alma.

Las notas musicales juegan en el pentagrama y en el corazón de los músicos que saben interpretar, sentir, sufrir y gozar un poco de jazz. Tres de los músicos que no pecan de ignorancia en este género: Luis Martínez, Omar Anguiano y Alejandro Varela, ahora integrados en un frente común llamado “XXX”, nos ofrecieron un recital de jazz en el marco del XXVI Festival de Jazz de la Escuela Superior de Música de la ciudad de México. La cita era a las 20:00 horas en un 2 de febrero del año de dios 2006. El auditorio “Angélica Morales”, un tanto resentido por la jornada iniciada desde medio día, poseía ese peculiar olor a gente que ha consumido comida, problemas, alcohol, sufrimiento, marihuana, gozo y que lo ha despojado por los poros corporales sensibilizados al son de la bella música.

Yo, como siempre, llegué tarde a la cita; pero no tanto para el inicio de los sugerentes XXX. Fui testigo del nacimiento, desarrollo y muerte de este concierto al que caminé invitado por mi amigo Lucho Beat, a quién le han apodado Luis Martínez para este tipo de presentaciones en sociedad. Mis compañeros de atestiguación jazzera fueron Claudia, Vero y Marco.

El trío de musicnautas arrancó con un tema llamado: “México 12:00 p.m.”, el cual inicia con un tick de batería semejante a un segundero más puntual que el mismo Big Ben. Una melodía capaz de suspender el tiempo, cuan largo es, durante el puñado de minutos que perdura la misma. Le siguió una musa titulada “Glaciares”, que de tan linda sólo atiné a cerrar los ojos y dejarme llevar por paisajes donde la naturaleza conlleva belleza y agresividad al mismo tiempo. Cabe mencionar que el testigo presencial de tales malabarismos musicales diáfanos, no posee un oído entrenado en las artes jazzísticas, por lo tanto sólo cuenta con su sensibilidad y sus orejas llenas de cerilla. Con el equipo listo, le presté atención al siguiente tema: “Para todos todo”, composición del entregado contrabajista Omar Anguiano, la cual está llena de exabruptos sonoros que te hacen pensar que ya se equivocaron; pero ¡nooo! es síncopa arreglada minuciosamente.

Cuando todo parecía estar más allá de la percepción celestial, nos recetaron un tema generado desde la mente prodigio de Luis, baterista multicuneiformeaclamado ,donde el contrabajo toma las riendas del auditorio y su público cautivo; posee ese toque de extrañeza sublime que hace imposible la penetración de la psique del artista nato. Su nombre: “Atrapasueños”; ¡oh!, ¿Dónde se irán mis sueños, cuando alguien me los robe?.

Instalados ya en las comisuras irreales, alternativas de la condición inhumana vs. el regodeo auditivo orgásmico, los músicos atacaron sin piedad el alma de los presentes con un par de canciones: “Mas espeso que el agua” y “Periftalmo”, que me hicieron pensar en el gran talento con el que contamos en este, nuestro México, que ha sido abatido en detrimento de nuestra sociedad y acallado por escándalos mayores escasos de trascendencia cultural y positiva, tipo político mierdoso.

El antecedente del final, final lo enmarcó una extraordinaria rola llamada “G.B.”; canción que te permite viajar en el tiempo y transportarte al lugar que más añoras espiritualmente, tal vez algún día le preguntaré al pianista Alejandro Varela, creador de casi todo el repertorio musical de esta tarde, qué significan las citadas siglas.

A manera de cierre, clausuraron las actividades del día con un tune de corte bluesero llamado: “Centauro” en el que, como todo en la vida, las hojuelas no se cubrieron con toda la miel disponible porque, a mi ignorante parecer, la percusión y el contrabajo andaban correteando y alcanzando al piano durante toda la canción; sin embargo este hecho carecería de importancia tomando en cuenta que para entonces el firme narrador de este sueño, contaba con la mitad de sus pantalones mojados por la gracia y obra de estos señores. Qué cosa tan gay, ¿no?.

Afirmo una vez más que el talento postrado ante los instrumentos musicales que vacíos estarían sin estos muchachos, está fuera de serie porque durante todo el concierto pude sentir el ritmo y la esencia de unas personas que están impregnadas de una variedad de ritmos como la cumbia, el funk y el drum and bass, los cuales desfilaron ante la consciente, inconsciente presencia de nosotros. Si nuestra cultura fuera distinta, si pudiésemos cambiar por sólo un momento lo superficial que nos invade, la carencia de diversidad y olvidarnos que existen lugares comunes en objetos corrientes como lo mainstream y sus derivados, tal vez y sólo tal vez apreciaríamos lo que se encuentra frente a nosotros y tan al alcance; no pagué un centavo por llorar de alegría esta tarde.

Al salir del lugar y mientras manejaba rumbo a nuestro lugar de trabajo, conversaba con Luis, quién orgullosa y subversivamente portaba una playera de los Ramones, algunos aspectos de lo vivido y de otros no inherentes al relato. En un momento de la plática, él volteó al cielo y me dijo: “Mira que bonita luna hay esta noche”. Yo me dije por dentro: “No cabe duda que me siento más completo rodeado de personas así…; no terrenales”.

…habiendo concluido el sueño, me dí cuenta que tenía que despertar para partirme la madre con la vida, donde los sueños realmente se encuentran atrapados; pero sólo por un breve instante…

Ha hueseado: Rizo @ 11:42 a.m.,

1 Aquí los cuates:

At lunes, febrero 06, 2006 6:15:00 a.m., Blogger Sabucles Coverea:

Sublime, mi querido Rizaldo. Siempre vale la pena voltear arriba, mirar el cielo y apreciar la belleza que lo invade.

La vida es dura, pero estás en ella, así que lo mejor que puedes hacer es disfrutarla y sacarle la vuelta en todo momento.

Un saludote Beateros.

 

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