Integrantes: Beto | Carlos | Marco | Sergio

 

Bienvenidos al nuevo y recargado blog del Circo Beat. Aqui es el punto de partida para compartirles nuevas secciones que aun estan en construccion. Ande, piquele por donde quiera y sea usted un escucha feliz.



¡Ay! ¡por fin! El relato del último fin completo en Baja Street.

Este es un relato del fin que comprende los días 15, 16 y 17 de diciembre, que fue el último fin de semana completo que tocamos en Baja Street. Después se nos requirió para el jueves 22, donde también nos echamos dos turnos, ese día hubo una muy buena comunión con la gente del bar...
No lo había subido al blog porque, aún ya estando escrito, estaba en una computadora sin acceso a internet.

Últimos toquines del año.

El fin que terminó en el mundo Beat, fluyó la mar de decembrino. El jueves tocamos dos turnos a petición de los socios porque había mucha gente y un muy buen coto. Terminamos algo exhaustos ya que en agradecimiento por el turno extra, nos invitaron unas chelucas, cortesía de Manny. Ese día asistió Luna para despedirse por última ocasión, antes de su partida hacia tierras brasileñas… y no se despidió de nosotros snif, sniff, ni siquiera notamos cuando desapareció. Somos simples hormigas. Ese día teníamos pensado debutar al nuevo integrante de Circo Beat (aplausos amigos!): Luis Martínez, conocido a partir de este momento como: ¡Chachachacháa!, ¡Guicho Beat!. Ya ven que a nosotros casi no se nos da jugar a la Meretriz Musical y buscarnos un nombre de guerra y toda la cosa; sin embargo no se pudo estrenar porque tuvo que ir a Mérida a echarse unos toquines (Guicho tiene sus proyectos alternos) así que tocó Carlos en su lugar y con pena (ajena) tengo que mencionar que se dio su tacote para subir al escenario, para empezar las canciones y para echarse el segundo turno. Un buuu para él porque se cotiza, y no del sustantivo “coto”, sino del verbo arrogante que conocemos como: “cotizar”. Doble Buuu!....
Marco Beat tenía planeado comprar boletos para la segunda fecha de U2. La venta empezaría el Viernes a las 11:00 am, por lo tanto su hermana ya estaba haciendo fila desde las 7:00 pm del jueves en Plaza Universidad. Él, debía relevarla en cuanto terminara la jornada laboral en Baja Street. Así el contexto, Barco Meat se fue como a las 1:40 am. ¡Oh Sacrilegio!, aún contábamos con un buen arsenal cervecero ¡Oh múltiple y repetitivo sacrilegio!. Beto Beat y su insufrible narrador dejamos el lugar porque recibimos una invitación de unas amigas Gallardianas a la Vitrola. Saludos a las Claudias vodkeras-cheleras. Después de unos few drinks my dear friend…nos reducimos a la nada del lugar. Prooooóxiimaaaaaa paradaaaa: Plaza Universidad, porque habíamos acordado solidariamente acompañar a Marco en su jornada iutozesca, además de haberle prometido unos burritos acompañados por unos cuantos recipientes de cebada de marca que empieza con “T”, termina con “E” y en medio contiene las letras “ECAT” y que me da pena mencionar, fieles lectores, porque dicen quesque es de macuarros albañiles de tercerota catego gué!. Llegamos al lugar a las 4:00 am, buena hora digo yo, el pobre Marco se encontraba envuelto en un cobertor “San Marcos (Beat)” con una cara de aburrición, hueva, cansancio, sed, hambre, pinchescircobeatculerosojetesmedejaronaquísolito, que no podía con ella; pero cuando nos vio llegar, se le alegró la madrugada. Estuvimos ahí platicando, cheleando, mientras los demás fans de la Unidad dos, ya se encontraban presos de las cárceles ocultas de Morfeo y secuaces. En la mañana tuvimos que comprarnos unas Guajolotas verdes calientitas porque no se quién, que es asidua lectora de este blog y casi nos deja morir de inanición extrema chilanga, prometió llevarnos unas tortucas en la mañana para alivianar el pernocte extremo y nunca apareció ¿verdad niña?. Como a las doce Gallardo y ¡yomerol! partimos porque ya estábamos credos (estado etílico colindante entre la peda y la cruda) y madreados, además ya había llegado la hermana de Marco. El viernes empezó con pocas horas de sueño por razones U-two-bvias.
Cuando llegamos al Baja, había un cotototototote marca Guajabeat. El bar empezó a trabajar desde las tres de la tarde, así que la gente ya andaba en el punto más crítico del Guadalupe-reyes. Ese día el toquín estuvo muy bueno. Lalito, hombre que puede ostentar el grado de Beat honorario, nos visitó fugazmente para felicitarnos y para abrazarnos (es un tipazo). Además nos regaló una botella de Tequila, que empezamos a matar inmediatamente (no se vaya a echar a perder), gracias carnal. Guicho Beat, en su presentación en sociedad, rockeó, midió, experimentó y tocó su batería de manera fenomenal, él logra hacer de las canciones monótonas de siempre verdaderas piezas ejecutables exquisitamente. Bastante impresionante y rotundo su debut, además Vero Beat Swchartz, novia Guicho Beat, le acompañó al bar, así que aprovechamos para invitarla al escenario; estuvo sensacional. Primero cantó con Marco una tercera voz en “One” de U2 un poco introvertida (ella aunque canta bello, es un poco tímida), para la última canción la invitamos a que, liderando la voz, cantara “I will survive” de la Gaynor. Cuando Verito sube, alguien dice: “¿otra vez? con un tinte chingativo, entonces me voltea a ver con una cara enfurecida: ¿oíste, dijeron que si “otra vez”?. Yo le dije que rockeara y no hiciera caso de ese comentario. En eso las luces del escenario descubrieron a una niña decidida a callarle la boca a los escépticos. Atacó el micrófono y le transmitió las notas adecuadas en el volumen correcto. La conjunción mística entre la música funky-chida emanada del Circo con la voz firme, dulce y poderosa de Verónica hizo que se derramara magia en el Baja Street durante toda la canción. Gracias a Guicho y a Vero por hacer posible estos recuerdos, son la neta.
Terminamos ese día y que nos vamos al coto posada-toquín-guajazo que terminó bastante madrugador. Mi garganta ya estaba con un toque de Vito Corleone apabullante.
El sabadaba fue un día bastante cansado, ya estábamos resentidos de los cotos previos así que el cuerpo ya no quería rock, quería descanso. Los turnos fluyeron agradables, la gente se divertía, mientras nosotros cerrábamos nuestras labores pertinentes de la recta final del año como “profesionales del espectáculo” gué, chale que mamada, perdón amigos…decía: terminamos bien y de buenas. Abrazamos a los amigos, con quienes compartimos alegrías y tristezas, fin a fin, deseándoles lo mejor para el año venidero y demás cuestiones de temporada navideña. Yo me fui con mi amigo Benjamín, a quién conozco desde 1990, a visitar al buen Mayo. Estuve ahí con ellos hasta las 4:30 aproximadamente, charlando cuestiones que no nos procuramos platicar en el año que termina. La pase muy bien, me tranquiliza saber que la distancia no ha roto el lazo tan grande que nos une, fue como si los viera diario, como en los viejos tiempos, como cuando sólo te preocupaba la tarea e ir a jugar futbol o tocho a la deportiva, como respirar cada una de sus palabras; tal como ayer.
El domingo fui a ver a mi bello e inteligente hijo Dantito a su festival de cierre escolar. La obra que montaron fue el Cascanueces, el turno de mi hijo llegó con el baile ruso. Mi niño hermoso radiaba una gran sonrisa, enfundado en su casaca roja, pantalón negro, botas ídem y gorro rusito; me regaló el más hermoso baile que pueda presenciar. Le tomé su video y algunas fotos, me divertí muchísimo. Es lo más lindo de mi vida. La magia del fin de curso y año se condensa en esa mañana de domingo, donde bailamos y reímos. Fue lo mejor del fin de semana.
El mismo domingo teníamos un coto posadero con (¿recuerdan el desayuno U2?) Liz y Normiux para celebrar las fiestas. Los Guajazos llevaron una piñata de Pooh, en clara alusión a su bajista, quién le comparte el mote al pequeño osito de nombre Winnie. Todas las mujercitas rompieron primero una piñata de picos, liberando los miles de frutas y sorpresas que contenía la misma (já). Luego tocó el turno a los caballeros con la de Pooh, los Guajazos querían liberar esa fuerza contenida hacia el Marco Pooh, originada por la cancelación del ensayo guajazo. Le pegó Marco, le pegó Marín, le llegó el turno a Beto y ¡Mocos! el palo salió disparado, cerca de mi persona, hacia una ventana porque el señor traía guantes de tela. Fue un tiro maestro porque rompió la piñata dividiéndola entre cabeza y cuerpo, arrojó el palo, rompió una plantita de tronco grueso y terminó su viaje en la ventana, cuya protección tubular impidió que su destino se redujera a añicos. Los Guajazos se quedaron con las ganas de darle unos Poohzasos al Pooh y en su lugar llevamos la cabeza al cubil donde se ostenta cual trofeo de caza extrema. ¡Que buen coto!
De esta forma cerramos actividades musicales del 2005 en nuestra empresa Circo Beat, ojalá que el año entrante sea uno en el que la balanza se incline hacia la dicha, conminando a la miseria a ocupar el puesto inferior.
Cuídense hijos del Guadalupe - reyes.

Ha hueseado: Rizo @ 4:30 p.m.,

1 Aquí los cuates:

At sábado, diciembre 31, 2005 5:52:00 p.m., Anonymous Anónimo Coverea:

Una vez mál lo siento, en verdad siento mucho no haber llegado con las guajolotas pero recuerden que a cambió les invité la cubeta de chelas eh!!
Esa posada fue de lo mejor y nio que decir de las narraciones guajazas, que risas ja ja ja
Les deseo un 2006 lleno de éxitos, enhorabuena!!

 

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